¿Es necesaria una segunda regeneración?

Entre 1898 y 1899 España dejó de ser un imperio global para pasar a ser una potencia mediana en el contexto europeo. 

La pérdida de sus últimas colonias en el Pacífico (Isla de Guam, Marianas, Carolinas y Filipinas) y América (Cuba y Puerto Rico) había dejado al descubierto las “cloacas” del régimen político; el abandono de la política colonial por parte del gobierno; la decadencia del ejército, que se mostró incapaz de defender el territorio nacional.   Una sociedad apática que no reaccionaba, mayoritariamente inculta y analfabeta, asentada en el pensamiento tradicional y en el pietismo decimonónico en lo religioso. Casticismo y modernismo se unían en el pensamiento político y en las mentalidades  de la España de entonces.

A partir de esta pérdida, los españoles buscaron la mejor forma de reparar el daño y proyectar el país hacia un nuevo orden.  Buscaban modernizar y democratizar la vida política, económica, social, religiosa y cultural de España.  Desde la universidad, la prensa, la calle y otros espacios se aunaron los intelectuales y políticos en un movimiento de regeneración, de puesta a punto del país.

Hoy nos encontramos en una época similar comparativamente. La crisis de 2008 ha barrido la cobertura a la cual estabamos acostumbrados desde la transición.  Los jirones de este ropaje han dejado al descubierto la decadencia de la política en España. Los escándalos políticos se suceden y cada vez huele más a podredumbre.  Estamos asistiendo sin duda al final de un ciclo politico y económico. Quizás tenían razon los Mayas, en diciembre de 2012 todo comenzó a cambiar.

En la calle se suceden manifestaciones y concentraciones por doquier.  Hasta habría que hacer un calendario para poder asistir a todas, así como definir una carrera oficial al modo de las procesiones de Semana Santa. Al igual que en esta, las manifestaciones se deberían agrupar en cofradías y hermandades a fin de  establecer un orden en el pase por la tribuna oficial para recibir la correspondiente autorización y bendición gubernamental y poner tribunas para los espectadores. Faltan además nuevos colores para identificar a cada una de las multiples reivndicaciones. Y con tanta marea, acaba uno mareándose y no sabiendo cual es el rumbo mas adecuado, cual la hoja de ruta.

Los medios de comunicación están controlados por las nuevas oligarquías surgidas a raiz de la "liberalización" del sector y por tanto sujetas al caprichoso mundo de las audiencias y de las ventas de anuncios.  Igual ocurre en el sector energético y en el de los transportes. 

Ahora llega un periodo de elecciones,los politicos se disfrazan de obreros, gente buena que nunca ha roto un plato y de gente humilde; Ahora no toca hablar de corrupción, ni de escándalos, ahora toca captar clientes (perdon votantes)  para mantenerse en el sillón.  Hablan de contención del gasto y sin embargo gastan millones en mítines, en hoteles, en restaurantes, en moda y en viajes.¿Alguien ha calculado cuanto se van a gastar en las elecciones europeas los partidos políticos?.   Sus consignas politicas son mas de lo mismo: Que si los empresarios tenemos que contratar a los parados (¡que malos que somos!), que si los estudiantes deben esforzarse y no ser contestatarios (¡que desobedientes son!), que si , que si, que si... y así hasta el fin del ciclo electoral. Por supuesto también nos toca soportar las obras, que eso queda muy bien en la foto electoral, aunque la obra en si, generalmente no sirva para nada.

¿A quien votar? Realmente da lo mismo, mientras la economía siga en pocas manos y dirigida desde el extranjero. La ley electoral reciente es, salvando las distancias, similar a la de 1902 cuando los dos grandes partidos "dinásticos" que se alternaban en el poder, elevaron el bipartidismo a dogma de fe, impidiendo que otras formaciones le quitaran el chiringuito.   Un "quitate tu, para ponerme yo".

Las actuales listas cerradas elaboradas por los partidos políticos impiden que la ciudadanía - verdadero soberano - elija libremente a sus representantes políticos.   La Ley D'hont impide que las formaciones pequeñas puedan gobernar algun dia. La disciplina de partido en los debates parlamentarios, simplemente es antidemocrática.

Muchos politicos de la vieja escuela se preguntan a que viene tanta desafección hacia los políticos y sus partidos.  Ellos mismos se han retratado cuando no cumplen sus programas electorales, sus promesas y se muestran de forma indecente, altanera y grosera ante su virtual electorado.  La gente quiere politica, pero también que la ética se imponga a los intereses económicos y de los partidos políticos. Democracia si pero no a cualquier precio. Todo en la vida tiene un límite y la "casta politica" de este país hace tiempo que lo ha superado.

La cuestiión no es a quien voto. La cuestión es ¿Alguien sabe realmente que hay que hacer para cambiar la situación de crisis y pobreza en las que nos han metido? ¿cual es la nueva hoja de ruta? ....











Comentarios

Entradas populares