La indulgencia envenenada

"La presencia del demonio era tan evidente para todos que era imposible obrar de otro modo sin que la indulgencia resultase más escandalosa que el propio delito.
-Cuando declaré culpable a alguien - aclaró Guillermo - era porque éste había cometido realmente crímenes tan graves que podía entregarlo al brazo secular sin remordimientos.
El Abad tuvo un momento de duda:
-¿Porqué - Preguntó - insistís en hablar de actos delictivos sin pronunciaros sobre su causa diabólica?
- Porque razonar sobre las causas y los efectos es algo bastante difícil, y creo que sólo Dios puede hacer  juicios de este tipo. A nosotros  nos cuesta ya tanto establecer una relación entre un efecto tan evidente como un árbol quemado y el rayo que lo ha incendiado, que remontar unas cadenas a veces larguísimas de causas y efectos me parece tan insensato como tratar de construir una torre que llegue hasta el cielo" (Umberto Eco. El Nombre de la Rosa)

Con este magnífico diálogo entre el juicio inquisitorial del Abad y el surgido del racionamiento prehumanístico de Guillermo de Newcastel (o Novo Castro), se puede visibilizar mejor el sentido de la justicia en España.  Algunos inquisidores actuales mandan a la hoguera de las vanidades a todo aquel que no sigue sus enseñanzas o sus normas preestablecidas por la Sacro Sancta Traditio como si fuera un dogma de fe.  El espíritu humanista, racionalista y pragmático de muchos, implica un juicio sereno y realista, basado en pruebas y en el derecho de todo acusado a ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario (Habeas Corpus). 

Todo se pone en tela de juicio.  Las acusaciones mediáticas suelen ser inquisitoriales, descarnadas, agresivas y a menudo crueles. Todo el mundo es culpable independientemente de lo que determine la sentencia judicial resolutiva del caso. Es decir, si es imputado (o investigado) es que algo malo habrá hecho y en consecuencia el maligno andará trasteando en el asunto. Ante este hecho lo mejor es un exorcismo como Dios manda y si no ¡a la hoguera mediática!.  El grado de culpabilidad dependerá del color  político o electoral del asunto y del grupo empresarial que sustenta los medios de comunicación. Los tertulianos profesionales cobran más si hay más escarnio público y más ruido ambiental de plató y viral en las redes sociales.Como los antiguos escribanos que cobraban por folio escrito y  presentaban casos muy voluminosos para ganar más, los nuevos tertulianos cobran por armar follón. 

La corrupción creciente en España ha aflorado donde menos se creía. Es como un cáncer que se extiende por todo el cuerpo.  En partidos políticos y en políticos molto honorables que se mostraban como ovejas y que han resultado ser lobos disfrazados. ¡Pobre Caperucita no gana para tantos sustos!.  Los juicios mediáticos han encontrado el mayor filón de noticias para engordar sus abultadas editoriales y columnas mediáticas. A ellos no les interesa que pare la corrupción, contra más haya, más noticias tendrán y ello conlleva más tertulias y más ruido mediático. Mientras dure la corrupción, los medios de comunicación más dinero ganarán.  El cuarto poder se está adueñando de la vida política española de manera apocalíptica. Sus juicios de valor, se parecen más a los juicios inquisitoriales medievales, que a los actuales. 

Los juicios estrella (los de verdad) se están convirtiendo en auténticos platós de televisión. Sólo les falta  ser trending topic para adaptarse al mundo virtual y retransmitir en Streaming los juicios; aunque se vulneren los derechos de los acusados o testigos. Ya existe incluso el "periodista de juzgados" como antiguamente existía el "periodista parlamentario, el periodista de la casa real, etc...) y es probable que incluso existan gabinetes de prensa en los juzgados para facilitar el trabajo de los reporteros. 

Y para que hablar de los jueces, la colonización política ha acabado con su independencia.  Al igual que en tribunales nazis, o en los tribunales de la Inquisición, el juez actual sentencia según su ideología, según su creencia o según determine el argumentario de su partido político. Pero dado que hablamos de justicia, seamos justos, no todos los jueces son así. Como las meigas haberlos hailos honrados  justos e independiente; pero no se ven en pantalla y como se suele decir... si no sales en la foto es que no existes. 

Para terminar, creo que hay que actuar con sentido humanístico y pragmático como el fraile Guillermo (magistralmente interpretado en la pantalla por el gran Sir  Sean Connery).  El juez ha de atenerse a la ley y la ley ha de ser elaborada con justicia.  Los juicios mediáticos han de cesar para no intoxicar el ambiente político. El ciudadano, que es también sujeto de derecho y consumidor con derechos,  tiene que evitar ser atrapado en las redes mediáticas y saber decir no a determinados comportamientos.  Los medios deben cambiar el chip y buscar su beneficio en otros ámbitos menos hirientes. La ética debe reinstaurarse en España, por el bien de España y de los españoles. 


Finalmente,  gracias Umberto Eco por dejarnos esa maravillosa obra que es "El nombre de la Rosa", además de la prolífica obra literaria y científica que publicaste en vida. Ríe como Cristo rió.  Muchas gracias por alegrarnos la existencia. 














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