Bruselas en el corazón
Los terribles atentados de Bruselas nos dejan anonadados sobre la actitud que el mundo occidental en general y la de la Unión Europea en particular, muestran ante esta nueva modalidad de guerra del siglo XXI. Isis / Daesh es un subproducto del modelo educativo occidental defectuoso. La mayor parte de los líderes de esta organización terrorista se ha educado en Europa y Estados Unidos. Muchos con estudios superiores y procedentes de ambientes familiares acomodados. Sin duda algo ha fallado en el sistema educativo para que haya producido semejante resultado.
La educación de europeos debe basar sus principios en la democracia y en los derechos humanos. Algo ha fallado sin duda. Si estos jóvenes terroristas han sido en teoría formados y educados en estos principios, porqué se dejan manipular y adoctrinar por los ideales salafistas yihadistas. Deberían tener en su acervo conocimiento y cultura para entender las diferentes corrientes religiosas del Islam. Deberían saber distinguir entre democracia y barbarie. ¿Qué ha ocurrido?
La respuesta puede estar en sistemas educativos defectuosos o en la situación económica en la cual se encuentran muchos jóvenes europeos, sean musulmanes, cristianos o judíos. Estos jóvenes son europeos de nacimiento y nacionalidad, con iguales derechos a otros jóvenes independientemente de su fe. Los jóvenes aprendices de terrorismo, canalizan su indignación y la lucha intergeneracional, a través de su rebeldía terrorista. Muchos de los que van a combatir a Siria, regresan rápidamente cuando la Sharía tradicionalista, rigorista y puritana del Isis acaba imponiéndose a la moderna cultura europea a la que estaban acostumbrados. En especial a las mujeres.
Hay que trabajar sobre estas comunidades religiosas-culturales minoritarias. Alejando la islamofobia y la xenofobia. No debe utilizarse la "Guerra contra el Terrorismo" como excusa para hacer caza de brujas contra la comunidad islámica. Los medios de comunicación deben contribuir a un conocimiento más exhaustivo de la fe islámica y de la cultura arabo-islámica, con la participación de miembros de la propia comunidad, la mas castigada por los terroristas. Los estados deben implicarse en aceptar el islam como una religión global cuyos miembros no tienen por que ser discriminados por la cultura judeo-cristiana dominante en occidente. A los musulmanes sean del origen que sean, son europeos y por tanto con los mismos derechos que cualquier otro europeo.
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