Juan Carlos I, "Rex Hispaniorum y Magestad Catholica" (1975/78 - 2014)
Hoy hace 41 años en el que se conmemora la investidura y proclamación de Juan Carlos de Borbón y Borbón (Roma, 1938) como "Jefe de Estado de España y Generalísimo de sus Ejércitos, por la Gracia de Dios y a título de Rey".
Con este título tan singular, el entonces Príncipe de España (1948 -1975), se convertía en el sucesor elegido por el dictador Francisco Franco Bahamonde (1936/39 -1975), para sucederle tras su muerte acaecida dos días antes.
Con este título tan singular, el entonces Príncipe de España (1948 -1975), se convertía en el sucesor elegido por el dictador Francisco Franco Bahamonde (1936/39 -1975), para sucederle tras su muerte acaecida dos días antes.
El hoy rey emérito Juan Carlos I (1979-2014), comenzaba así a ejercer la más alta representación del estado español; sin embargo carecía de legitimidad dinástica y jurídica para ejercer dicha magistratura.
A efectos dinásticos Juan Carlos era considerado aun en 1975 como Príncipe de Asturias, de Viana y Gerona (1941-1979), heredero de la línea dinástica de la Casa de Borbón (rama principal en España). Su padre el rey Juan III (1941-1977) se encontraba por entonces en el exilio y su pretensión era restaurar el trono en la línea dinástica. En consecuencia correspondía a Juan III restaurar el trono, ser investido y proclamado por las Cortes Generales del Reino de España como Jefe de Estado y obtener el mando supremo de sus Ejércitos. Por tanto el salto dinástico perpetrado por el general Franco y asumido como mal menor por Juan Carlos I era nulo de pleno derecho acorde con la tradición dinástica y de la monarquía española.
Juan III tenía bajo su custodia los derechos dinásticos por abdicación de su padre realizada el 15 de enero de 1941, el rey Alfonso XIII (1886 -1931) . Alfonso XIII había renunciado a la Jefatura del Estado; pero no abdicado de sus derechos dinásticos cuando marchó al exilio el 14 de abril de 1931.
Por otra parte todo el ordenamiento jurídico del franquismo estuvo marcado durante toda su existencia (1936-1977) por un cuestionamiento de su propia legitimidad en virtud de la naturaleza del propio régimen. Por tanto la Ley de Sucesión de 1947 y la designación de Juan Carlos como sucesor de Franco en 1969 era igualmente cuestionable a efectos jurídicos internacionales.
Hasta 1951 La comunidad internacional (Sociedad de Naciones y ONU a partir de 1945) reconocía al gobierno español en el exilio como legítimo representante de los españoles. La legalidad y validez constitucional (Constitución de 1931) y el ordenamiento jurídico de la II República era la principal fuente de referencia jurídica para dicho reconocimiento a efectos internacionales. La comunidad internacional mostró su firme decisión de apoyar a los exiliados españoles y al gobierno de España en el exilio al menos hasta mediados de los años 50.
Con respecto al régimen de Franco, la comunidad internacional estableció a partir de 1945 un observatorio internacional para hacer un seguimiento al régimen de Franco, al tiempo que le recomendaba al general Franco renunciar a la jefatura del estado. En 1946 ante la negativa de Franco a desalojar el poder, la comunidad internacional impuso al régimen un embargo comercial que se mantuvo vigente hasta 1950. La mayoría de las embajadas cerraron o rebajaron su actividad.
A partir de los años 50 la Guerra Fría (1945-1993) cambió el signo de la comunidad internacional, el régimen de Franco fue ampliamente reconocido a escala internacional; al tiempo que la de la república languidecía por su posicionamiento hacia el bloque soviético. Franco fue reconocido pero no del todo. España aun tenía prohibida la entrada en los organismos del Sistema de la ONU y también de la nueva Comunidad Económica Europea (Tratado de Roma, 1957) dada la naturaleza autoritaria del régimen.
En 1975 la ilegitimidad de Juan Carlos I era mas que evidente, tanto a nivel jurídica como dinástica.
En 1977 se resolvió la legitimidad dinástica, pero no la jurídica. Juan III ante la situación generada accedió a renunciar a sus derechos dinásticos y proceder a su abdicación formal (ante el Ministro de Justicia en su calidad de Notario Mayor del Reino) en la persona de su hijo y heredero, Juan Carlos I era ya Rey según la tradición dinástica y de la monarquía hispánica.
En 1977 tras la aprobación de la Ley de Reforma Política por las cortes franquistas, ratificada en referendum popular, se abria el proceso constituyente que habría de dotar a España de una nueva Constitución. Ese mismo año, el 16 de junio de 1977 por Decreto del último Presidente de la República en el Exilio, se disolvía formalmente la II República Española.
Tras la aprobación y entrada en vigor de la Constitución de 1978 (actualmente vigente) el rey Juan Carlos I fue ratificado constitucionalmente como Jefe de Estado. Es el momento en el que Juan Carlos I fue ya un rey legítimo a efectos jurídicos.
En 2014 renunciaba a la Jefatura del Estado y abdicaba en favor de su hijo el actual rey Felipe VI (Madrid, 1968). Las Cortes Generales del Reino, tras aprobar la ley que reconocía la renuncia de Juan Carlos I, procedió a la investidura y proclamación formal de Felipe VI como nuevo Jefe de Estado y Capitán General de sus ejércitos.
41 años muy intensos en los que Juan Carlos I se jugó mas de una vez el trono y su vida. Felicidades Majestad.
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