4.772
Recientemente dos políticos muy
conocidos hicieron público el nacimiento de un nuevo partido político. Ante este anuncio la prensa ha hecho público
la realidad de los partidos políticos en España. 4.772 partidos políticos
figuran inscritos en el Registro de
Partidos Políticos y todos ellos están en activo (al menos así le consta al
registro).
Ante esta cuestión me interesa
conocer estadísticamente y socio - políticamente estos otros partidos de los que nunca se
habla. Tarea muy complicada y que dará para
varias entradas futuras en el blog cuando me ponga a ello. Me interesa hoy plantear la existencia de
tantos partidos como un síntoma de cambio en el sistema de partidos creado en
1978.
Estos otros partidos a lo mejor
tienen algo más interesante que ofrecernos que los cuatro habituales, que ya
los tenemos muy vistos. A lo mejor
tienen elementos que me susciten votarlos en caso que presenten candidaturas, o
simplemente seguir su actividad. ¿Porqué ceñirnos solamente a cuatro, cuando
tenemos otros 4.768 partidos disponibles como alternativa?
Aunque la mayoría de los partidos políticos
no presentan candidatura a las elecciones generales en muchos casos por falta
de infraestructura adecuada y de afiliados; muchos de ellos surgen a iniciativa de
promotores que desean usar el partido como un instrumento para asacar adelante
sus programas y proyectos. Muchos partidos no pretenden ocupar un escaño, ni
ganar las elecciones. Muchos no tienen vocación de gobierno; pero sí de
facilitar la participación ciudadana activa en la vida política. Aunque un
partido no gane las elecciones, puede hacer muchas otras cosas en las
instituciones.
Durante estos últimos cuarenta años de “democracia representativa” los partidos
políticos han canalizado la voz de la calle, así se estableció en los
pactos constituyentes para evitar el
descontrol en un momento inestable de transición de una dictadura a un régimen
democrático.
El artículo 23.1 de la Constitución
Española de 1978 establece: “Los
ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente
o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por
sufragio universal”
Cuarenta años después de la entrada
en vigor de la Constitución actual, los españoles se sienten lo suficientemente
maduros para decidir libremente y sin tutelas de ningún tipo, si desean participar
activamente en los asuntos públicos directamente o por medio de representantes
como reza el artículo mencionado. Hasta
ahora la representación se había otorgado de
facto a los partidos políticos; pero
en los últimos años han surgido otro
tipo de organizaciones, colectivos, plataformas ciudadanas, mareas, comunidades
en redes sociales, etc que permiten al ciudadano actuar directamente de manera
individual y conforme a su propio criterio personal o como colectivo.
Este cambio de paradigma político,
de la “democracia representativa a la
democracia participativa”, está dando lugar a hibridaciones y sincretismos
políticos. Vemos como las ideologías clásicas se diluyen en pensamientos políticos nuevos. Muchos de los
elementos fundacionales de las ideologías clásicas están presentes en estos
nuevos pensamientos; pero se expresan de manera muy diferente, tanto que son
irreconocibles a simple vista. Cambia la metodología y cambia la actitud de sus
miembros. Quizás por eso hay tanta
inestabilidad política y tanto partido político nuevo (51 en lo que llevamos de
año). Los españoles que han madurado en estos cuarenta años, buscan su
identidad política, su acomodo en el nuevo modelo político. Quizás por ello
algunos analistas afirman que estamos ante una nueva “transición”.
Un estudio reciente acerca del
comportamiento político de los jóvenes de entre 18 a 35 años, Los conocidos como
“milenians”, suelen ser por lo general activos, si la
actividad merece la pena. La participación en partidos políticos suele ser
escasa, debido a que estas organizaciones no le ofrecen canales de
participación adecuados a su forma de vivir, de pensar o de actuar. Muchos partidos políticos los ignoran e
incluso tratan de evitarlos. La mayoría (51%)
está desencantada con la política tradicional y con el sistema de partidos
establecido.
Sin embargo no se desentienden de
la política porque la mayoría (80% aproximadamente) afirma que es necesario
votar. El problema que tienen es que no tienen alternativas acordes con su
pensamiento (que no es el mismo de los adultos, porque son de otra generación).
De esta manera, siguen votando a los partidos conocidos, o si las propuestas
coinciden con el pensamiento generalista mayoritario entre los de su
generación.
Las redes sociales y el mundo
virtual ha sido determinante para la orientación política de los españoles, en
especial entre la juventud. La libertad
individual de cada internauta para expresar sus ideas y pensamientos, la
facilidad de crear grupos de internautas en la red, la facilidad de
convocatoria y movilización masiva a través de las redes ha generado una política virtual que en nada
tiene que ver con la política presencial y tradicional. Incluso hay partidos políticos
virtuales que no están inscritos en registro alguno y procesos electorales virtuales
(no regulados legalmente) de forma habitual.
La prueba del algodón se puede
apreciar en los resultados electorales. Propuestas que tienen enorme éxito en
las redes y que cuentan con muchos seguidores; no se refleja en las urnas presenciales
en las elecciones convencionales. ¿Por
qué? La razón estriba en el cambio de
paradigma y de generación.
Para los jóvenes y también para
muchos adultos, usar papel es algo anacrónico. Eso de tener que salir de casa,
ir al colegio electoral, coger una papeleta, meterla en sobre e introducirla en
una urna, previa presentación del DNI físico, es un proceso cansino y antiguo
que – aunque pueda parecer frívolo - acaba desmotivándole. Para ellos sería más fácil si pudieran votar
desde el móvil o la tablet. Como se puede observar, el sistema político español
aun no ha llegado al siglo XXI.
Militar en un partido político es
como atarse la cuerda al cuello, muy pocos aceptan la disciplina de partido o
la línea común del partido. Los personalismos y las riñas internas dificultan
ser serios o buscar propuestas útiles a la ciudadanía. La imagen lo cuenta todo
en la actualidad. A veces esas riñas y esos personalismos “matan” icónicamente al partido, dañan su imagen pública. Lo cual
esas propuestas positivas quedan en el olvido, porque son ocultadas por la
imagen negativa que se le ha impuesto desde la heterodoxa opinión pública y la
dictadura de los medios.
En este siglo XXI, el número y la
variedad de partidos políticos demuestra que algo está cambiando en la vida política
española. Estamos en una nueva transición donde lo “viejo” acabará siendo enviado al ostracismo político y lo “nuevo”
acabará imponiéndose, quizás de manera virtual. Ya saben, si quieren pueden votar a cualquiera
que presente una candidatura, tenemos por el momento 4.772 partidos a elegir.
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