“Jonathan Livingston Seagull a story - Juan Salvador Gaviota un relato”
Richard Bach nos ofreció en 1972
este maravilloso retablo naturista que inspira y que llama a la reflexión sobre
el sentido último de la vida humana. La cotidianidad nos mueve a seguir un rol
predefinido, a no salirnos de la norma preestablecida.
Ya se sabe que: “La mayoría de
las gaviotas no se molestan en aprender sino las normas de vuelo más
elementales: cómo ir y volver entre playa y comida. Para la mayoría de las
gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer” (Richard Bach, “Juan
Salvador Gaviota”, 1986. Edición en
español).
“Una voz rasgó el aire
llamando a la Bandada a la comida. Una voz igual para todos. Una voz hacia un
mismo lugar. Una voz a un mismo objetivo. Una voz sin respuestas personales.
Una voz seguida, pero no escuchada. / Y una multitud de mil gaviotas se
aglomeró, alrededor de un pesquero, para regatear y luchar por una pizca de
pitanza. Era el vuelo de cada día. Era la monotonía de su vivir. Era el
sobrevivir sobre el vivir. Era una vida,
en bandada, sin originalidad” (Emilio L. Mazariegos “Parábola de unas
alas”, 1988)
Juan Sebastián Gaviota (o Jonathan
Livingston Seagull) aparece
dominando la escena de la playa desde su campo de prácticas de
vuelo. Al contrario que sus parientes y
amigos, a Juan Salvador Gaviota lo que le importaba era perfeccionar el vuelo y
lo que menos comer. Su comida era adquirir conocimientos avanzados sobre el
vuelo; investigar las técnicas más eficientes en la forma como manejaba las alas; experimentar nuevas sensaciones,
riesgos, y nuevas formas de volar. Esta
comida le saciaba y a la vez le dejaba hambriento de saber más.
Juan Salvador Gaviota lo que
buscaba en realidad era volar, volar y volar; salir del confort y la rutina.
Intentar algo nuevo. Algo que nunca antes una gaviota se había propuesto hacer,
pensar o creer. Su vuelo acrobático era
ilógico, anti natural para muchos de sus familiares y amigos. Creían que se
había vuelto loco. Los prejuicios sociales le apartaron y aislaron. “No es
de los nuestros….” se decían.
Juan Salvador Gaviota sólo,
exilado, excluido y marginado a la periferia. Este dolor fue compensado con la
creación sin proponérselo de su propia bandada. Su propio camino en la vida, o
vuelo mejor dicho. No se vino abajo, siguió practicando y perfeccionando el
vuelo acrobático. Muchas otras gaviotas le siguieron y todas ellas
comprendieron que comer era una necesidad; volar un deseo, una aspiración
perfectamente realizable.
En la historia de la humanidad
cada cierto tiempo aparece una figura relevante que inspira a muchos hombres y
mujeres a llevar una vida diferente a la cotidiana. Figuras que animan a
rebelarse contra lo establecido, a cambiar el sentido del camino emprendido, a
buscar nuevas fronteras y nuevas metas en la vida. Que ayudan a reflexionar y a
comprobar como se puede burlar al tiempo y al espacio haciendo cosas
diferentes. Estas figuras relevantes las encontramos tanto en el mundo de la
política, en los movimientos sociales, en el seno de las religiones
organizadas.
Hoy vivimos en un mundo inestable
por guerras económicas, conflictos regionales, étnicos y pseudo religiosos.
Vivimos un cambio generacional y un cambio en la forma de relación entre
personas a nivel global. Las “nuevas tecnologías” de las cuales
hablábamos en los 90’s son hoy antiguallas de coleccionistas. Internet ha
dejado de ser una red universitaria local para ser un espacio vital para miles
de millones de usuarios en todo el mundo. La robótica está rápidamente
caminando hacia la inteligencia artificial avanzada. Las nuevas formas de
trabajar y relacionarse tanto en el modo presencial, como en el virtual; están
rompiendo los viejos esquemas diseñados hace ya 50 años.
Como ocurrió en otras épocas de
grandes cambios, hay personas que
quieren que todo permanezca inalterable, inmutable, estático, sin cambios.
Otras, en cambio, quieren cambios; pero en esencia para que nada cambie. Muchos
opinan que el cambio es necesario ya sea de forma gradual o brusca. Cada uno
actúa conforme a sus convicciones, personalidad, experiencias, ideales,
creencias… Profetas hay muchos, pero cual de ellos es el verdadero Mesías….
¿Qué camino tomar? ¿A quien seguir?
Muchas veces somos victimas de
nosotros mismos. Hemos seguido de forma inconsciente a profetas que nos encandilaron
con la oratoria florida, que nos prometieron “el oro y el moro”, que nos
prometían el paraíso terrenal. Pero no nos hemos detenido a pensar, a
reflexionar con quien andamos: ¿Quién es ese líder carismático que nos atrapa
en sus redes?, ¿Qué dice? ¿Qué nos propone realmente? ¿Cuál es su meta?....
Llegan las elecciones. El
panorama político se llena con los colores del arco iris. Siglas y más siglas bailan en nuestras
cabezas al son del telediario y de las tertulias televisivas. Todo el mundo grita
y se pelea; pero nadie desgrana los programas reales de la política, aquellos
en los que nos dicen que es lo que exactamente se proponen hacer una vez estén en
el poder.
Juan Salvador Gaviota vuela y
vuela, la política de la pitanza es para la antigua bandada. Su bandada es
nueva y nuevas sus ideas sobre la vida. Su ejemplo creó de forma natural la
bandada, la bandada se sintió identificada con Juan Salvador Gaviota y juntos
volaron atrayendo cada vez a más gaviotas. Una nueva bandada comenzaba a volar hacia
nuevas metas. Muchas de la antigua bandada se les unieron, en la playa quedaron
tan solo unas pocas gaviotas resistentes a la nueva moda del vuelo acrobático….
Ley de vida, unos llegan y otros
se van. En España hemos pasado de 40
años de franquismo a 40 años de transición. Ahora estamos en una nueva etapa,
quizás también de 40 años. En el franquismo se trató de crear un país prospero;
aunque el método no era ni el mejor, ni el mas perfecto. En la Transición se
mejoró el sistema con los partidos políticos dirigiendo el timón e
introduciendo el concepto de democracia representativa; quizás ahora convenga
que el timón lo lleven directamente los ciudadanos en un nuevo sistema
democrático directo. La tecnología y las redes de comunicación ayudan a esta nueva
sociedad ciudadana. Se recupera el “Ágora” como motor para su
desarrollo.
Dejo una pregunta en el aire: ¿Te quedas en la
playa esperando la pitanza o te unes a la bandada de Juan Salvador Gaviota?....
Tu eliges, es tu libertad y también tu derecho…
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