La Pachamama y la madre tierra
Mucho se ha hablado y no siempre
positivamente, en el Sínodo para la Amazonia acerca de la “Pachamama” .
De entrada, es una deidad
femenina totémica originaria de la cultura de los Incas que representa astronómicamente
al planeta Tierra. Es una deidad vinculada al trabajo agrícola y ganadero. Por tanto,
teológicamente tiene su vinculo con la fertilidad de la tierra, la provisión de
agua y alimentos, con la vida natural en
todo su esplendor.
Tiene por tanto mucho que ver
tanto con las culturas de los pueblos originarios de la Amazonia y por ende de
toda américa; como por la exuberancia de la selva amazónica y la riqueza acuífera
que proporciona el rio Amazonas a las poblaciones ribereñas. A la Amazonia se
le ha dado el popular nombre de “pulmón del planeta”. Gran parte del oxigeno que
respiramos proviene de la Amazonia.
Durante la conquista europea de
América, los católicos asimilaron la Pachamama como una versión indígena de la
Virgen María (Por ejem. La Virgen de la Candelaria en Perú), eliminando del
culto toda referencia al carácter “mágico o de adoración” del tótem o ídolo
para evitar cualquier forma de idolatría. La Pachamama es una deidad benévola,
pacífica y proveedora de bienes de primera necesidad. Es muy querida en América,
incluso en su versión mariana.
El culto a la “madre Tierra” no
es exclusivo de América; existe en muchos otros lugares del planeta. La misma
cultura mediterránea recoge también el culto a la tierra como lugar en el que
vivimos, respiramos, nos alimentamos y
existimos. En yacimientos arqueológicos prehistóricos
(Según el concepto de prehistoria europeo) se han hallado imágenes de diosas vinculadas
con este culto.
En el culto a la Pachamama de los
pueblos originarios de América, todo lo que se retira de la tierra, ha de
contar con el beneplácito de la diosa y tiene que haber reciprocidad. Es decir,
si sacas mineral de la tierra, cuando acabes debes rellenar la mina y dejar que
la naturaleza devuelva a su estado original el cerro excavado. Debes devolver a
la tierra lo que le has cogido en préstamo o le has quitado. Cuando riegas el
campo, le estas dando de beber a la Pachamama y cuando siembras, le estas dando
de comer.
Hoy que tanto se esta luchando
por el cambio climático y que tanto se está luchando por conservar el medio
natural, conocer esta filosofía de vida indígena unida a un culto ancestral,
perfectamente asimilable por las religiones actuales, nos motiva para seguir
adelante en nuestro camino. Si queremos que el planeta Tierra (La “Pachamama”)
siga existiendo y siga siendo habitable debemos cuidarlo, protegerlo,
defenderlo y amarlo como lo haríamos con si lo hiciéramos con nuestra propia
madre.
Algunos obispos y cardenales han
cuestionado el sínodo, al entender que era una puerta abierta al sincretismo
religioso. La presencia de un ídolo o tótem de la Pachamama en las ceremonias católicas
del sínodo les alarmaron. Al parecer
todo fue un error de algún trabajador del Vaticano. La Santa Sede ya dio las
oportunas explicaciones y disculpas por este “error humano”. Cosas del directo.
Su queja, lógica desde el punto de vista de la
teología dogmática, escondía un intento por desviar un tema que molesta a
muchos poderosos cuyos “agentes infiltrados” en el sínodo son presunta y
precisamente aquellos que se escandalizan por algo secundario, en principio
inocente y sin malicia.
Lo vimos en 2015 en la cumbre del
clima de París, como Estados Unidos se negaba a aceptar los términos del
acuerdo, para no irritar a sus grandes corporaciones industriales. China que
hasta entonces se había negado a reducir emisiones, aceptaba de buen grado en aquella
conferencia internacional los términos del acuerdo. Estados Unidos, por
desgracia, se quedó sola fuera del acuerdo.
Muchas de estas grandes
corporaciones (con sedes en muchos países contaminantes) han hecho cuentas y le
sale muy caro transformar su modelo energético para evitar las emisiones de CO2.
Como van a quedar mal ante la comunidad internacional (y eso también les afecta
en sus finanzas) se han dedicado desde entonces a boicotear cualquier tipo de
acuerdo que pase necesariamente por la emisión de gases contaminantes y
destructores del ozono. El dinero es para ellos mas importante que la vida
humana o la vida del planeta. La ceguera del dinero es la peor de las
esclavitudes posibles.
La sostenibilidad del planeta
sale cara, sí, es cierto; pero es una inversión a largo plazo que se puede
recuperar en muy poco tiempo en términos de confianza, de solidaridad, de bienestar
social y medioambiental, en oxigeno para respirar, en comida saludable que
frene el aumento de enfermedades, en hábitats adecuados para cada especie natural,
incluida la humana.
Cuando tenemos
goteras en casa, llamamos a un fontanero para que la arregle y pagamos
gustosamente su factura; pues con el planeta pasa lo mismo., está cayéndose en
pedazos y es necesario que comencemos a reparar el planeta en el que vivimos,
nos movemos y existimos.
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